Sentada en una silla mecedora en la sala de su casa, Amanda Tabares, madre de 9 hijos y con 65 años de edad, cuenta que hace 35 años ella inició con la venta de empanadas en San Antonio de Pereira, como una alternativa para sacar adelante a su hijos.
"Yo fui la fundadora de las empanadas, con eso yo le ayudé al esposo mío a levantar la familia, conseguimos este ranchito y ahora no trabajo porque estoy cansada y le deje el negocio a mis hijas".
Al igual que ella hay varias mujeres que se dedican a la venta de la empanadas, donde en medio de la papa, el guiso, el picante, la manteca y el humo reflejan en su rostro amor por lo que hacen, al recibir a propios y turistas con unas sonrisa y con esas pequeñas empanadas de masa amarilla y borde crocante.
"Debido a que la venta de empandas cada vez era mejor, surgió la Feria de la empanada en San Antonio de Pereira hace 9 años, en donde se realizan concursos de la empanada más grande, más pequeña y la más creativa",expresó Gilma tabares, ventera.
Cada una llega desde las ocho de la mañana a su puesto de trabajo, lo organizan, prenden la leña y empiezan a parar carros a pedir entre 20 y 30 empanadas.
Nelly Henao, presidente de la accíon comunal en el año 2000, afirmó que esta fiesta se creó para beneficiar, estimular a las venteras y así poder atraer más turistas.
Para esto se institucionalizó la Feria de la Empanada, el segundo puente del mes de agosto, con el apoyo del municipio de Rionegro y la Acción Comunal.
San Antonio de Pereira se llena de colores y matices creando un ambiente de familiaridad y convivencia, las calles son ríos de gente donde el acento paisa se entremezcla entre el cachaco, el costeño, el caleño y hasta el gringo quienes año tras año repiten asistencia.
" Yo vivo en Medellín y voy a San Antonio de Pereira solo a comer empanaditas, son lo mejor que hay", expresó Hernán Ramírez, turista.
"Yo fui la fundadora de las empanadas, con eso yo le ayudé al esposo mío a levantar la familia, conseguimos este ranchito y ahora no trabajo porque estoy cansada y le deje el negocio a mis hijas".
Al igual que ella hay varias mujeres que se dedican a la venta de la empanadas, donde en medio de la papa, el guiso, el picante, la manteca y el humo reflejan en su rostro amor por lo que hacen, al recibir a propios y turistas con unas sonrisa y con esas pequeñas empanadas de masa amarilla y borde crocante.
"Debido a que la venta de empandas cada vez era mejor, surgió la Feria de la empanada en San Antonio de Pereira hace 9 años, en donde se realizan concursos de la empanada más grande, más pequeña y la más creativa",expresó Gilma tabares, ventera.
Cada una llega desde las ocho de la mañana a su puesto de trabajo, lo organizan, prenden la leña y empiezan a parar carros a pedir entre 20 y 30 empanadas.
Nelly Henao, presidente de la accíon comunal en el año 2000, afirmó que esta fiesta se creó para beneficiar, estimular a las venteras y así poder atraer más turistas.
Para esto se institucionalizó la Feria de la Empanada, el segundo puente del mes de agosto, con el apoyo del municipio de Rionegro y la Acción Comunal.
San Antonio de Pereira se llena de colores y matices creando un ambiente de familiaridad y convivencia, las calles son ríos de gente donde el acento paisa se entremezcla entre el cachaco, el costeño, el caleño y hasta el gringo quienes año tras año repiten asistencia.
" Yo vivo en Medellín y voy a San Antonio de Pereira solo a comer empanaditas, son lo mejor que hay", expresó Hernán Ramírez, turista.
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