lunes, 31 de agosto de 2009

Bingo, bingo


No importa la hora, el día, si es de noche o de día para probar suerte. El lugar escogido es llamado Bingo Orquídea. A las 10 de la mañana 650 personas se dirigen a tomar cartón y empezar a llenar la tabla o el módulo en el centro comercial Orquídea Plaza, ubicado en Junín.
-Señorita, hoy si tengo que ganar-dice Blanca Libia Cano a una joven delgada que reparte los cartones.

-Esperemos que sí, hace tiempo no se gana nadita- responde la joven.

Blanca Libia Cano, tiene 64 años de edad llega al bingo a las 10 de la mañana, hora en que lo abren. Viste una camisa a rayas, un pantalón de lino y unos tenis poco acordes con el vestuario, son de color naranja y de plataforma alta.

Al lado de ella esta su esposo, Ángel Villa, más conocido en el bingo por sus amigos y conocidos como “Chuqui”, tiene una mirada jocosa, unos ojos grandes, una nariz ñata y además carece de dientes. Blanca Libia Cano, asiste al bingo con su marido hace 10 años.

“Yo vengo porque me entretengo, me desaburro, uno con tantos problemas, con tantas deudas y solos en la casa mejor nos venimos, además aquí tengo a mis amigos”, expresa Blanca Libia.

Los clientes fieles de Bingo Orquídea están carnetizados, hay días para cada cliente en donde la tabla es gratis. Blanca Libia aprovecha los sábados para relajarse y así no tener que gastar nada.
Son las 11 y media de la mañana, la bolita está girando, en las mesas las personas están atentas a sus tablas y a los 16 televisores que dan a conocer el número que sale. El ambiente es muy familiar, la mayoría de personas son amigos desde que el bingo empezó.

Caras de desesperación, tensión, alegría y satisfacción es el reflejo de las personas, mientras la bolita va saliendo;y como ya es hora de almuerzo algunas personas van sacando su coquita con los fríjoles y el sancocho.

"Casi gano, estuve a uno, a uno del bingo, me faltaba N 30, estoy como de malas hoy".

Dice una y otra vez Marina Monsalve con voz de tristeza. Marina tiene 45 años, tiene ojos cafés,es baja de estatura y es viuda. En el bingo encuentra la posibilidad de tener suerte y ganar plata para mantener a sus hijos, ella vende dulces en el centro y quiere contar con la misma suerte de hace 2 años.

“Hace dos años me gané cinco millones aquí en este bingo, nunca pensé contar con tanta plata, eso me sirvió para mantener a mis hijos bien por un buen tiempo, llevar comida a mi casa y pagar el entierro de mi marido".


La bolita empieza a girar nuevamente 4, 5, 8,10, los números no se detienen y el animador los dice uno por uno sin parar, las personas murmuran, unos se dan golpes en la cabeza, en la mesa y otros siguen atentos viendo los televisores.

- ¡Bingoooo, bingo¡ - grita un señor, que se encuentra en la parte de atrás, se para, muestra la tabla y todas las personas lo miran.

El ganador es Álvaro Ortiz, tiene 50 años y asiste al bingo hace diez años. El no para de sonreír, acaba de ganarse 500.000 pesos: “Yo venía con mi mamá aquí, ella era la reina del bingo, hace poquito murió y ella es la que me ha traído suerte, por eso es que me mantengo aquí para recordar a mi mamà.”

Mientras tanto Marina Monsalve, reniega porque ya son las tres de la tarde y desde las 10 de la mañana no se ha ganado nada, ya es hora de volver a su puesto de dulces en el centro, hoy es uno de esos días en que Marina no jugó con suerte.
Bingo la Orquídea, es más conocido con el nombre de la "oficina", el "trabajo" y la "casa", denominado por los mismos clientes debido a la familiaridad que se vive allí, el bingo se convierte para ellos como en su segundo hogar.














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